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domingo, 2 de noviembre de 2014

Hablando sobre el estrés


En las sociedades modernas el estrés se conjura como el causante y la explicación de casi todos los males de una población que presenta elevados niveles de problemas emocionales y mentales. 
Se trata de un término presente hasta en las conversaciones más cotidianas, siempre que una persona intenta explicar que se está atravesando una situación complicada. Pero, ¿realmente sabemos qué es el estrés?

¿Qué es el estrés?

Habría que empezar señalando que el estrés es un mecanismo natural del que dispone nuestro organismo para mantenerse alerta. Por tanto, lejos de ser una anomalía, es un estado anímico natural. Su objetivo es mantenernos preparados para reaccionar en situaciones de potencial peligro. Así, al hacer que suba nuestra adrenalina y tensión arterial, mientras se tensionan nuestros músculos, la persona está perfectamente preparada para un enfrentamiento o para salir huyendo.

La faceta negativa del estrés, el estrés crónico

Sin embargo, esta explicación no puede obviar la faceta negativa que puede llegar a representar el estrés para un individuo concreto. Pero, solo se puede considerar un problema cuando el estado de estrés es permanente, en cuyo caso hablamos de estrés crónico. En los casos más extremos puede llegar a afectarnos físicamente.

¿Qué causa estrés?

El ritmo de vida de las sociedades más evolucionadas es un condicionante que intensifica la sensación de estrés. Demasiadas actividades a un ritmo vertiginoso hacen que las personas se levanten cada día sometidas a la dictadura de esos horarios apretados y sin respiro.
Las primeras señales que nos avisan de este problema son el insomnio, las palpitaciones cardíacas o la caída de pelo y el dolor constante de cabeza. Síntomas que nos avisan sobre la necesidad de recurrir a un terapeuta que nos ayude a resolver nuestro problema de estrés.

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